
UNIDAD 3
ÉNFASIS EN EL CUAL PROFUNDIZARE LA PINTURA ARTICULÁNDOLO EN LA TEORÍA DE LA ESTETICA:
«Ha llegado a ser evidente que nada referente al arte es evidente: ni en él mismo, ni en su relación con la totalidad, ni siquiera en su derecho a la existencia. El arte todo se ha hecho posible, se ha franqueado la puerta a la infinitud y la reflexión tiene que enfrentarse con ello.»
Theodor W. Adorno.
Cabe destacar el pensamiento griego donde la estética era la felicidad y la belleza la moral y Platón la consideraba peligrosa desde el punto de vista político, pues la considera prescindible por auténtica. “El artista y la República son irreconciliables” Consideraba a los artistas personas capaces de seducir a cualquiera, pueden ser educadores y se debe tener cuidado con las herramientas que estén en sus manos, para hacerlo bien.
«Cuando una sociedad no deja ya lugar ninguno para el arte y se asusta de cualquier reacción contra él, es el arte mismo el que se escinde en posición cultural degenerada y cosificada y en el placer propio del cliente que tiene poco que ver con el objeto artístico.» Theodor W. Adorno.
«Y si a pesar de todo el arte no se hace consumible, la actitud para con él tiene que apoyarse en la actitud respecto a los bienes de consumo. Esta aproximación de actitudes se ha hecho fácil porque, en nuestra época de superproducción, el mismo valor de uso de los bienes es cuestionable y cede ante el goce secundario del prestigio, del goce de estar al día, en definitiva del goce de la mercancía; mera parodia del resplandor estético.» Theodor W. Adorno.
Si se analizan las pinturas de Botero para muchos no serán bellas, pero cualquier Colombiano, le dará su valor estético desde su idiosincracia: La serie las gordas y Las gordas y gordos de Botero, tan colombianos.
“Y rodeándolos, en todo momento, esas montañas con sus volcanes y sus nevados, esos pueblos con sus coloreadas tejas de barro y sus calles estrechas y empinadas. Esas vírgenes, obispos y monjas. Esas sandías, plátanos, zapotes y naranjas. Esos batidos y esas morcillas, tan suculentas y apetitosas. Pintura para comer. También catedrales que parecen ponqués y, como si lo anterior fuera poco, banderitas colombianas que asoman por todos lados”.
"Yo estoy pintando algo 'local' y 'provincial'" dijo en alguna ocasión, consciente de cómo ese mensaje era entendido en muchas otras partes, pero el arranque un tanto "folclórico"

En su obra representa los panzudos caballos de Ráquira y figuras populares de barro de Carmen de Viboral, Precolombinas, Quimbayas con la levedad de su gracia.
Para unos la desproporcionada anatomía de esos cilindros rechonchos o de esos barriles con pies y manos, sensibiliza postales naif, caracterizado por la ingenuidad y espontaneidad del artista, colores brillantes y contrastados con perspectiva acientífica captada por intuición; recuerda el arte infantil, muchas veces ajeno al aprendizaje académico, pero no por eso deja de ser bello.
Bernard Berenson en su clásico libro “Los pintores italianos del Renacimiento” menciona "la falta de gusto, esa tara indeleble de provincias" al referirse a esos pintores que al admirarla, trataron de imitar la pintura de florentinos y venecianos. Botero, quien también admira, imita y recrea, a venecianos y florentinos, ha invertido el planteamiento, como en su muy reciente retrato de Federico de Montefeltro y su mujer, de Piero della Francesca, a los que ha puesto literalmente al revés. Ha alterado el orden. Los perfiles que ocultaban salen ahora a la luz. El ojo perdido resulta evidente. Por tanto el mal gusto de provincia se ha vuelto el enfoque necesario para canibalizar y devorar arte y provincia, en una amalgama única. Para muchos: ¿la pérdida por el gusto???
La teoría subjetivista frente a la pintura es una característica “para ti” o “para mí”. Como cuando el crítico de arte denomina bella a una pintura, se refiere a su relación entre él mismo y el objeto estético, a si le gusta o le agrada estéticamente.
Existen algunos criterios que permiten enjuiciar el valor estético, como nos lo expresa Monroe Beardley: existen cánones específicos, de crítica estética y cánones generales: los cánones específicos aplicados a ciertas clases de obras:
La pintura cretense: Representa con gracia numerosas escenas de la vida cotidiana. La técnica usada es el fresco, de ahí la necesidad de revestimientos sobre las paredes. Es pintura policroma, con una marcada preferencia por los ocres. Al igual que los egipcios, los cretenses observan cánones específicos. Sin embargo, el arte cretense muestra más vida y gusto por este tipo de pintura. Los motivos circulares o espiraloides son típicos de la estética cretense. Delfines recuerdan la vida esencialmente marítima de este pueblo así también como el pulpo del jarrón.
Cánones de la Pintura Cretense: Los seres humanos tienen cuerpos largos, con una cintura muy delgada que subraya su elegancia, como se aprecia en la presente ilustración. Las mujeres traen el busto descubierto y faldas de olán, peinados complicados con muchos rizos, narices largas y delgadas.
La cara, amable y sonriente, se ve de perfil salvo el ojo, que se aprecia de frente. Los hombres son de color ocre y las mujeres, de color amarillo. Los muertos son azules. La línea curva se impone, así como las espirales. Al contrario del arte egipcio, la pintura cretense da una impresión de movimiento.
Cánones generales: La proporción entre los elementos aplicada a la figura, se denomina canon. Normalmente, la base de las proporciones humanas es la cabeza, aunque en el arte egipcio se han observado cuadrículas que parecen demostrar la aplicación de un canon, tomando el dedo corazón, 19ª parte de la longitud del cuerpo, como unidad básica. En pintura, podríamos centrar en el Renacimiento los estudios sobre las proporciones humanas, a partir de Vitruvio. Alberti estableció un canon basado en estudios del natural; Durero hizo estudios con figuras de una longitud de siete, ocho, nueve u diez cabezas; Leonardo, Rafael, Holbein, David... se ocuparon del tema, siendo, sin embargo, los manieristas los que de manera práctica distorsionaron el canon clásico, que era de siete y medio a ocho cabezas, a pasar, en su afán anticlásico, a proporcionalidades de 1/11 o 1/12.
1534-40. Florencia. Uffizi.
El canon o proporción de belleza ha cambiado a través de la Historia del Arte desde las propuestas teórico/prácticas del mundo griego hasta la proporcionalidad del mundo renacentista. La proporción 1/8 ha sido la que más se ha utilizado como normativa clásica, aunque su distorsión es evidente en el siglo XVI. Durero llegó a la formulación de una longitud de diez cabezas, que en algunas ocasiones superaron los artistas manieristas -como «Il Parmigianino» y «El Greco»- como cánones desproporcionados y anticlásicos. es evidente también que la distorsión del canon tiene en su materialización un gran valor significativo. Un canon alargado monumentaliza al personaje, a la vez que puede indicar, si conlleva un estrechamiento de la figura, sensación de inestabilidad.

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http://www.almendron.com/arte/pintura/claves_pintura/cp_07/pintura_07.htmhttp://arte.extreblog.com/
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